¿Quitarse una oposición o hacer oposición a un futuro desalentador?

La narradora estudia esta novela para afianzar su futuro profesional. Ha logrado un puesto de interina en una oficina administrativa, y afrontar una oposición parece ser el paso lógico en su carrera.

Sin embargo, otro tipo de oposición, la interna, basada en su observación del día a día funcionarial, hace que no lo tenga nada claro. El edificio al que ha sido destinada, tan gigantesco como hermético, es un lugar de jerarquías incomprensibles, que la expulsa a la vez que la absorbe. Como nadie le explica sus funciones, se ve forzada a improvisar, disimular por vergüenza y registrar su malestar con dibujos y poemas tan desplazados de la realidad como el propio trabajo. Los funcionarios que le rodean, cada uno con sus particularidades y sus conflictos, han desarrollado los tics y las manías propios de las rutinas laborales y la obediencia acrítica. Necesidad de vida útil, de pulso verdadero y de juego, la opositora tomará pequeñas decisiones subversivas sin prever sus posibles consecuencias disciplinarias.

A través de una mirada curiosa, ávida y cada vez más desencantada, Oposición describe las trampas de los mecanismos burocráticos no sólo para quienes los padecen, sino también para quienes los ponen en funcionamiento. La incisiva Sara Mesa, que conoció el mundo de la Administración por dentro, aborda el relato de la burocracia contemporánea desde la perspectiva de quien se ve atrapado en el tiempo muerto de las tareas inútiles, tratando el problema del tedio y la apatía en una narración brillante, mordaz y de ritmo implacable. El protagonista, como una heroína azarosa e involuntaria, se enfrenta a lo peor y más inquietante de los absurdos: el de cómo nos organizamos en sociedad.